La seguridad ciudadana debe ser una prioridad: Diana Torrejón

Congreso

«Nuestro ejército está entrenado para usar la fuerza letal contra quien sea su adversario y, en la práctica, cualquier civil puede ser un enemigo».

Ante la crisis de inseguridad que priva en el país, la Diputada Diana Torrejón Rodríguez sostuvo que no es viable aprobar que las fuerzas armadas federales hagan tareas de seguridad, debido ya que además de que es un peligro para la sociedad en general, no se puede combatir la violencia con más violencia como gobiernos pasados lo han pretendido hacer

En el marco del diálogo con el Secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, en torno a la reforma que prolonga el uso de las fuerzas armadas en tareas de seguridad ciudadana; dijo que «este lamentable panorama se ha convertido en un retroceso grave para la vida democrática de nuestro país, y para el anhelo social de restaurar la vida pacífica que nos debemos».

Recordó que, «el México de los últimos treinta años, gradualmente ha visto aumentar el clima de violencia cotidiana, y quienes se han sucedido en los gobiernos durante ese lapso solo han optado por combatir la violencia con más violencia». 

«Nuestra República vive una crisis endémica respecto al acceso a los derechos humanos plenos para todas las personas, lo que ha traído consigo crecientes niveles en homicidios y desapariciones forzadas, que han obligado al uso de las fuerzas armadas en tareas que los civiles deberían de atender, sin omitir los errores de las instituciones que deberían garantizar el acceso a la justicia para la ciudadanía».

La también Coordinadora Parlamentaria del PRI, sostuvo en tribuna que: «Los ejecutivos federales de las dos últimas décadas, ante la incapacidad de las fuerzas policiales para combatir al crimen y la violencia, han aplicado en sustitución de estas a las fuerzas armadas, sosteniendo que son ´decisivas para luchar´ contra la violencia que impera en el país, aunque han traído con ello casos lamentables de violaciones graves a los derechos humanos».

Al fijar posicionamiento al respecto, Torrejón Rodríguez puntualizó sobre el riesgo existente hacia la población si el país se militarice; «Nuestro ejército está entrenado para usar la fuerza letal contra quien sea su adversario y, en la práctica, cualquier civil puede ser un enemigo».

«La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en su artículo 21 mandata que: «La seguridad pública es una función del Estado a cargo de la Federación, las entidades federativas y los Municipios, cuyos fines son salvaguardar la vida, las libertades, la integridad y el patrimonio de las personas, así como contribuir a la generación y preservación del orden público y la paz social, de conformidad con lo previsto en esta Constitución y las leyes en la materia», subrayó.

Diana Torrejón insistió en qué las instituciones de seguridad pública, incluyendo la Guardia Nacional, serán de carácter civil, disciplinado y profesional: «si deseamos que nuestra seguridad pública vuelva a condiciones aceptables, es necesario ir al fondo del problema y no solo a sus consecuencias; el fortalecimiento de nuestras policías sigue siendo una asignatura pendiente».

Admitió además que no es sencillo: «…pero si no se aplican políticas públicas para ello, y solo se insiste en sustituirlas por la milicia, esta historia se repetirá una y otra vez».

En consecuencia, insistió en la separación de poderes, y en la segmentación de las fuerzas armadas de acuerdo a sus fines y, lo que incluye el que la Guardia Civil y el Ejército, tengan mandos de naturaleza diferente.

Por lo anterior, consideró necesario reflexionar sobre lo que debe ser el verdadero debate en materia de seguridad ciudadana que, es la profesionalización de nuestras policías locales; » …parece ser que es de lo único que no nos ocupamos».

Agregó que la discusión sobre, sí más años o no, al uso de las fuerzas armadas en tareas de seguridad ciudadana será inconclusa; «en tanto no hayamos resuelto el tema de las policías no militares…los tiempos políticos son cíclicos, y a cada cambio la visión de quienes en turno gobiernan es diferente y se derrumban paradigmas».

«Las generaciones de mandatarios se renuevan, pero la sociedad prevalece, y todos, tarde o temprano, regresamos a ser uno más de sus integrantes, y a padecer todo aquello que en su momento aprobamos», concluyó.

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